domingo, 9 de septiembre de 2012

Propósito fundacional de Ocaña.


Mario Alejandro Lemus, 
Investigador Social Grupo Arvaki ESAP.

 
La historia Colonial de nuestra provincia tiene el carácter demostrativo de algunos orígenes y causas territoriales asociadas al desempleo actual, como el contrabando generalizado que desde entonces ha tenido mucha incidencia en la configuración de las actividades comerciales, pues las razones iníciales de su fundación obedecieron a estrategias que van desde lo militar a lo comercial,  construyendo desde entonces la historia posterior de la cuidad de Ocaña y su desenvolvimiento en la etapa de construcción de nuestro país .

En el Año de 1570, luego de tramitar los requisitos pertinentes, el general francisco Fernández de Contreras, establece un nuevo enclave español, integrado a la jurisdicción de Santa Marta, poblándose con 36 vecinos, inicialmente todos provenientes de la cuidad de Pamplona.

La ubicación del nuevo enclave Español, tiene dos consideraciones importantes, por ejemplo, surge como puerto terrestre y como una ruta comercial obligada entre Pamplona, el centro del Virreinato y la costa Caribe a través del rio Magdalena. Su vocación fue básicamente comercial y agrícola[1] .

Por ser un punto intermedio, la provincia se fue caracterizando por la elevada actividad en la prestación de servicios básicos, generados por la afluencia de comerciantes y viajeros constantes que iban y venían desde el Interior y la costa Caribe Colombiana. 

Esa propia influencia,  se comenzó a consolidar en una de las primeras empresas de transporte público, a la par que la producción agrícola crecía,  varios encomenderos en asocio piden explotar el privilegio real concedido al fundador Francisco Fernández de contreras, donde se comprometían por escritura pública “a poner en servicio de inmediato un número suficiente de acémilas para el transporte de toda carga que al nuevo puerto llegase”, como una de las orientaciones dadas desde el mismo rey Felipe para generar desarrollo en esta parte de la provincia de Santa Marta. Es así como el servicio de transporte fue entregado a varios encomenderos dándole el privilegio de trasladar productos, mercancías dentro y hacia fuera de la provincia, generando con esto un impacto importante en los desadaptados esquemas de la conquista en cuanto al movimiento y traspaso de productos y demás objetos.
Para la época de 1778, Antonio de Narváez y la Torre, gobernador de Santa Marta, Jurisdicción a la que pertenecía nuestra provincia, presenta un detallado informe y propone algunas medidas para fortalecer la nula economía de la región y plantea  “su mísero estado por la escasa población” concibe la incorporación de negros esclavos en los cultivos  para el fomento del comercio por medio de la agricultura, el documento reza de la siguiente manera : “No puede haber comercio sin agricultura, que le dé frutos y materias, principalmente aquí donde no hay artes ni fabricas que las beneficien. Para proporcionarse aquellos se necesitan fondos, inteligencia y actividades, y para facilitarles las ventajas del comercio. Fomento y protección, es preciso que todo se cree enteramente en esta provincia, porque nada hay en toda ella a excepción de algunas haciendas y labranzas en la jurisdicción de Ocaña de que se sacan un cierto número de frutos, y del valle algún ganado para la de Cartagena y muy poco para la de Maracaibo”

La inquietudes y algunas conjeturas ya estaban brotando en las necesidades comerciales de los gobernantes y la clase política de la época, pues veían con preocupación la escasa producción en la jurisdicción, igualmente señalan la puesta en escena de Ocaña, como ejemplo cercano en cuanto a la producción de algunas frutas y cultivos, en el mismo informe se relata una posición importante de Ocaña frente a los suministros de algunos productos, tales como el trigo, del que  “apenas da para su consumo interno y algunas partes de harina llegan a Mompós y de vez en cuando se carga a Santa Marta. Así también subraya otros cultivos de Azúcar y Tabaco, este ultimo “se ha cogido mucho de muy buena calidad”.

El Comercio Europeo, en este caso el Peninsular, se caracterizaba por un definido monopolio, vital para la actividad económica y política, pues “las colonias brindaban a las nuevas manufacturas que brotaban por todas partes, mercados para sus productos y una acumulación intensificada gracias al régimen del monopolio. El botín conquistado fuera de Europa mediante el saqueo descarado, la esclavización y la matanza, fluían a la metrópoli, para convertirse aquí en capital”[2]

En los siguientes años, las actividades agrícolas crecieron de la mano del encomendarismo, la esclavitud y las nuevas rutas comerciales impulsadas desde España, que originaron también una serie de eventos que configurarían el sistema aplicado en las colonias, como Ocaña, por más de 200 Años


[1] Luis Eduardo Páez, Historia de la región de Ocaña. Pág. 22
[2] Carlos Marx, El Capital. Volumen I pág. 640-641